game over

Con la "A" de amenaza autoriza a quien se atreva, a la ardua tarea de entender a quien les habla. Habla por hablar, como juega por jugar al juego registrado por ella y un tal cual. De quien es quien y cual es cual quiere hablar, por no rapear, porque el rap no es nacional y no anda con ganas, no de mala, si de ganas debe hablar...
Las de adentro y las de afuera, son distintas, de manera, que de adentro sólo sepan los que callan y no pesan. Pesan tanto los de afuera que los carga con molestia. Duelen tanto casi como lo de adentro que es nacido en Dinamarca, por su olor, por mi sospecha de que la marca, la marca y la consume a medida que no asume lo que entrega, tan ingenua, tan de onda. No cualquiera...Pero vamos, no es en vano, porque el daño, si se quiere, se presenta muy amable y con fuerzas naturales se convierte en retornable. Tomá. Te devuelvo. Se termina cualquier rima de la mina que te mima. Por injusta que es la vida, sin tu última alegría, se despide con cariño una parte de este lío. En un río, hasta podemos, bautizarlo y ya veremos cuan prolija era su esencia y cuan antigua tu demencia. Juega jugador, tu juego sin gracia de triste payaso. Juego de malos y equivocados, que creen que jugando ganarán un premio al fin real, tan fundamental como lo es la seriedad. Pero error, jugador. Que actuar no es jugar. Que ni aquí ni en Dinamarca, pasa bien visto el olor de su atrevido juego de vivo, que hoy describo y que maldigo.